¡VIOLENCIA EN EL BOXEO! SUSPENDERÍAN PELEAS

Las violentas escenas observadas durante las últimas peleas en el estadio Mahatma Gandhi de la Federación de Box podrían derivar en una suspensión de los combates que restan realizar en el grupo A positivo del Campeonato RH. La reiteración de episodios de pugilato tuvo su culminación el sábado por la noche cuando promediaba la velada boxística entre el defensor del titulo mundial, Jesús “Tramontina” Goldemberg, y la retadora Dora Santillana, apodada “Destripa” Dora por sus ablaciones de órganos en vivo y en directo, vale decir, en el cuerpo vivo de quienes reciben su directo.

En momentos en que la desafiante noqueaba al campeón, gracias (de nada) a una tremenda andanada de impecables puñetazos y cabezazos ilegales, los barrabravas que alentaban a la dama y el caballero se trenzaron en un intenso picadito de fútbol, instalando en las tribunas sendos arcos. Ante la mirada atónita y la impotencia del pacífico público restante, los líderes de las hinchadas se propinaron mutuamente una interminable serie de gambetas, pases, paredes y jugadas de pizarrón con pelota detenida y en libertad, mientras los policías asignados a la seguridad del estadio intercambiaban apuestas sobre el resultado del partido con los presidentes de los clubes de fans de ambos boxeadores.

Con la situación prácticamente fuera de control, el árbitro de la pelea, Aníbal Lector, intentó vanamente poner fin al partido entre las respectivas hinchadas aprovechando el fugaz momento en que empataban 3 a 3 y había un penal a favor del equipo de “Tramontina”. En respuesta a los llamados a la solidaridad de Lector, los integrantes de ambos equipos de fanáticos se unieron al grito: “Calláte, pelado, qué sabés de fubol vó, si ni tené pito de árbitro de fúbol, tené”. Estas expresiones no hicieron más que agravar las cosas, ya que el referí se sintió menoscabado en su genitalidad masculina, seguramente por la deficiente traducción de los cánticos que recibió, mediante mensajes de texto en su celular, de las autoridades de la Federación Internacional de Box, organizadora de la velada y una de las ocho entidades que, -junto a la Federación Mundial del Boxeo, la Asociación Mundial de Boxeo, la Asociación del Fútbol Argentino y otras-, emiten títulos mundiales del deporte de los puños en sus diversas categorías: gallo, pollito, pluma, birome, mediano, chico, pesado y gordo.

Estos enfrentamientos futbolísticos en las tribunas entre el público que asiste a las peleas obligaron en las últimas semanas a la suspensión de los combates entre Juan Domingo Balbín y Carlos Ruleman, Héctor Kirner y Edu Halde, Nicolás Kidman y Tom Cruz, Brad Pito y Jennifer López, y el año pasado, de Nazareno Vélez de la categoría C, y Florencia, de la B.

Entre las medidas que podrían adoptar las autoridades competentes u otras autoridades, figuran: prohibir el fútbol en los estadios de box; realizar las peleas sin la presencia del boxeador visitante; instrumentar el derecho de admisión a las mafias del boxeo mediante una oferta que no puedan rechazar; pinchar sus teléfonos a ver si les duele; instar al dueño de la pelota a que se la quite a los barrabravas; investigar los posibles vínculos familiares entre las hinchadas y sus familias; develar la trama política que hay detrás, delante y a los costados de los partidos políticos; seguir las conexiones eléctricas que van del tablero a las bombitas de luz a través de una oscura red de cables; averiguar si los dirigentes tienen apetencias de poder o apetito de joder; palpar las pelotas de los hinchas cuando ingresan a las tribunas para prevenir posteriores desbordes futbolísticos; llamar a la policía cuando pase algo, malo o bueno, y pedirle que se retire; ofrecer muestras gratuitas de ADN, y sobre todo, lograr que las veladas boxísticas dejen de ser veladas y se muestren realmente como son.

Por su parte, N. Aguila, el mediático vocero de la Asociación de Boxeadores Agremiados (ABA), apodado “N. Aguila ABA”, dejó trascender que los enfrentamientos futbolísticos en los encuentros de pugilato “son un tema muy delicado que hay que tomar con guantes. Aunque nos sentimos realmente muy golpeados, también sabemos que esta crisis no se resuelve de golpe: seguramente harán falta varios rounds de estudio y conversaciones con los directivos hasta darle un corte superciliar. Estamos en contra de los puñetazos en la mesa que tanto daño le hacen a nuestros compañeros metacarpianos. El gremio está hecho bolsa de tanto hacer bolsa. Y los boxeadores no somos los responsables: simplemente, vamos, peleamos, cobramos, y también nos pagan. Vivimos esta situación con la frente y la guardia bien alta. Cada uno de los compañeros está conciente hasta que deja de estarlo por culpa de otro compañero. A los boxeadores nos duele que nos señalen como peleadores, porque para salir de esta situación hace falta diálogo hasta que vuelvan a hablar los puños normalmente”.

En un reportaje difundido por la cadena Al-Popera, la veterana dirigente brasileña Josefa Abel Lansh, presidenta de la Federación Internacional de Box (FIFA) declaró que “la violencia le está haciendo mucho mal al boxeo. Es imposible seguir peleando mientras en las tribunas los barrabravas juegan al fútbol. Alguien les está dando pelota. Esto así no va más: que se vayan todos”. Según un analista de la citada señal televisiva árabe en inglés (vale decir, Arab), el periodista lacaniano Henry Kiss, estas declaraciones podrían interpretarse en muchos sentidos, aunque parezcan no tener ninguno. Por ejemplo, señaló, en las Naciones Unidas la expresión “que se vayan todos” está siendo analizada como una posible solución al amenazante problema del recalentamiento global, ya que sugiere el traslado de la humanidad a otro planeta más fresquito.