Sunday, December 17, 2006

CÓMO SOLUCIONAR EL CONFLICTO CON URUGUAY
La tensa relación con Uruguay a raíz de la construcción en Fray Bentos, -justito enfrente de Gualeguaychú-, de una planta industrial de pasta de papel de la compañía finlandesa Botnia, -que podría contaminar el interpósito río Uruguay tal como lo hacen todas las industrias del Litoral argentino con el Uruguay, el Paraná, el Río de la Plata, el Riachuelo, el Amazonas y el Danubio-, podría desembocar en un conflicto que obligue a cancelar las vacaciones en ambos países y hasta la Copa Libertadores de América.

Al contrario de quienes insinúan que para resolver este dramático escenario hay que agudizar la imaginación, sería mucho mejor engrosarla para obtener soluciones al problema. Aquí van diez propuestas de inmediata y sencilla concreción que permitirán restablecer la armonía, evitar el contrapunto y revitalizar el ritmo entre los dos países.

1) Iniciar cuanto antes un fecundo y prolongado diálogo que involucre no sólo a los directivos de Botnia sino también a su personal jerárquico y demás trabajadores. De este modo, mientras estén todos dialogando, la empresa no podrá funcionar y no habrá riesgo de contaminación.

2) Terminarla con eso de países y pueblos “hermanos”, expresiones que no hacen sino incentivar celos, recelos y rencores, como sucede habitualmente entre hermanos. En lugar de hablar de hermandad argentino-uruguaya, probar con vínculos familiares de segundo o tercer grado, cuñadidad, primadad y si no, quitar la familiaridad del medio, introducir en la agenda diplomática el tema de la amistad, y a las cuentas claras como fórmula de conservarla.

3) Teniendo en cuenta que el acuerdo entre la empresa finlandesa Botnia y el Estado uruguayo reduce prácticamente el rol del Gobierno oriental al de un simple espectador, declarar directamente al espacio terrestre, fluvial y aéreo que ocupa la empresa, a Fray Bentos, Gualeguaychú y zona de influencia, territorio soberano de Finlandia. De esta manera, la contaminación ya no afectará a Uruguay ni la Argentina, sino al país europeo. Y Europa, como se sabe, queda bien lejos. Que se arreglen allá. De paso, así concluirían los cortes de rutas, que si ahora no tienen mucho sentido, menos lo tendrían con caminos que llevaran a Finlandia, que además tampoco se sabe muy bien donde queda. Por otra parte, si los cortes persistiesen, el país afectado sería Finlandia, y no Uruguay, que entonces no tendría nada que decir en la corte de La Haya, haya cortes o no haya.

4) En el caso de que quede algún cortador de rutas suelto o caliente, darle salida laboral a su vocación o temperatura consiguiéndole trabajo en la estación de peaje de un camino en una provincia lejana a su domicilio entrerriano: o se queda ahí, o extraña y vuelve a casa caminando. El caso de Evangelina Carrozo, la reina ecológica del Carnaval de Gualeguaychú, está resuelto. Por lo que se vió de un lado, debe tener buen conchabo del otro.

5) Contrariamente a lo sucedido esta vez, aplaudir la idea del gobierno uruguayo de poner custodia militar a sus futuras industrias contaminantes. Sólo que en lugar de trasladar militares a las plantas cuestionadas, se construyan las plantas cuestionadas dentro de cuarteles militares alejados de la frontera con Argentina y Finlandia.

6) Aprovechar y limar otras fuentes potenciales de conflicto. Por ejemplo, que Uruguay renuncie a proclamar uruguayo a Gardel, legalice un partido peronista y deje de sustituír importaciones argentinas con el dulce de leche de Conaprole, a cambio de que Argentina devuelva Punta del Este y Pepe Ignacio, se enseñe el idioma uruguayo en sus escuelas y los argentinos no pregunten más que es un chivito, la caña Ancap ni porque se llama así la Plaza Cagancha.

7) En materia de canje de prisioneros y agresiones mutuas, que Argentina entregue a Marilina Ross y Tarragó Rós por Jaime Roós, y que Natalia Oreiro y Eliana Calabró no canten más salvo en la ducha, o sea, que se vayan a bañar pero con cámaras que las controlen y copias de los videos para quienes las deseen.

8) Argentina dejará de tener “provincias” y Uruguay “departamentos”, que serán rebautizados en ambos casos como “conventillos”.

9) Uruguay nacionalizará la banca argentina, para que los argentinos ya no tengan que viajar a Montevideo o Colonia para hacer depósitos que evadan impuestos locales.

10) Se creará una Comisión Bilateral en la que los argentinos enseñarán a los uruguayos a preparar el mate como Dios (que por algo es argentino) manda, y los uruguayos le pasarán a los argentinos el secreto para que no se les tape la bombilla con esa yerba polvorienta que dejarían de usar apenas este nuevo organismo binacional empiece a funcionar con la eficiencia de los anteriores. O sea, jamás.

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Sunday, December 10, 2006

Lesiones de cultura coronel

II

La música sacra

Si para algunos la música es algo sagrado, imagínese lo que será para ellos la música sagrada: el doble de sagrado, o quizás sagrado al cuadrado, y eso que en esta materia, como en cualquier otra, nunca faltan cuadrados que de sagrados parecen no tener nada. Por lo pronto, suena raro que quien dice: “para mí la música es sagrada”, afirme en consecuencia: “para mí la música sagrada es sagrada”, porque la música sagrada es sagrada, obvio, aún para quienes no piensan que la música no sagrada es sagrada, o sea, para los que piensan que la música no es sagrada, pero la sagrada sí es sagrada, por definición. Como se ve, no es este un tema sencillo, pero en realidad tampoco sea quizá tan complicado. Cada cual tiene su opinión, y yo también tengo la suya.

De todos modos, meterse con lo sagrado es difícil. Es aquí que el lenguaje viene en nuestro auxilio, lo que explica precisamente su demora en llegar. Cada vez que alguien se queda con el auto, por ejemplo, y llama un mecánico, ese mecánico viene en su auxilio, vehículo éste que, -quizás también por definición- se toma en llegar el mismo tiempo que tardaría cualquier otro vehículo, pero al cuadrado. ¡La misma proporción que si fuera música sagrada para quienes la música es sagrada!

El lenguaje viene entonces en auxilio, pero a pesar de eso finalmente llega, y nos auxilia. ¿Cómo? Reemplacemos en las frases previas (y también lo haremos en las posteriores) la palabra “sagrado” por “sacro” cuando convenga (total, quiere decir lo mismo y en menos letras), y surgirá la luz, sin la cual, sabido es, nadie puede ver nada. Y mucho menos leer frases, por previas o posteriores que sean.

Veamos cómo quedan aquellos primeros conceptos: “si para algunos la música es algo sagrado, imagínese lo que será para ellos la música sacra”. De ahí en más, ya es lógico que para quienes la música no es algo sagrado, la música sacra sea sacra. ¿Por qué? Y, por definición. Definir por definición le da a cualquier tesis un toquecito de elegancia lógico-matemática que distrae y aleja el riesgo de alguna observación sensata. Que la música sacra sea sacra aún para quienes la música no es algo sagrado es como lo del color del caballo blanco de San Martín o de cualquier otro jinete que tenga un caballo blanco. Lo que importa es precisamente que el caballo sea blanco, no que lo monte un prócer (que dio su vida en aras de la patria) o un jockey (que da su vida en un haras, se llame La Patria o como se llame).

Aplicando esto a la música, lo que define a la música sacra no es que usted considera sagrada a la música o no, sino que la música sacra ha sido dedicada a lo sagrado, a Dios, sin ir más lejos (no hay que ir lejos, porque Dios está en todas partes), sin importar incluso si usted piensa que Dios existe o no. Exista Dios o no, la música sacra existe igual. Al punto tal que más de un ateo cree (que alguien sea ateo no quiere decir que no crea) que es una pena que Dios no exista: ¡tanta música que le han hecho y que se pierde de escuchar!

Vayamos por partes: que los ateos creen en algo lo demuestra por ejemplo la democracia. Seguramente no votan solamente los creyentes. También deben votar los ateos que, salvo cuando votan en blanco, se vuelven creyentes del candidato que eligen. O sea, cada tantos años los ateos creen en algún político. Claro, un político no es comparable con Dios, salvo para el propio político en cuestión. Lo cual tampoco plantea un problema: si se plebiscitara si ese político es Dios o no, sería una de las pocas maneras de asegurarse que pierda.

En cuanto a la música sacra, que -como los sacerdotes, las religiones y la mera idea de Dios- existe mas allá de que Dios exista o no, suele ser, como coinciden los críticos musicales de todas las épocas y calañas, muy buena o excelente, con cuatro o cinco estrellitas o loguitos de calificación mediática. Esto es así porque quien compone música sacra está ofreciendo explícita y directamente a Dios su música, y es lógico que se esmere.

De hecho, no cualquiera se anima a encarar una ofrenda de este tenor o soprano o instrumental. Bach se animó y muchas veces. Bueno, era Bach, y él lo sabía. Ahí están sus Pasiones, y podría decirse que en su caso la música sacra se convierte a su vez realmente en sagrada. No por nada el compositor Mauricio Kagel escribió “La Pasión según San Bach”. Es oportuno aclarar que la Pasión según San Juan, por ejemplo, no se refiere a una provincia argentina. Y que entonces a Palito Ortega, que prudentemente no intentó escribir música sacra como Bach, no le hubiese correspondido componer “La Pasión según Tucumán”. De paso, esto demuestra que no cualquiera escribe música sacra.

Si bien Dios no se ha manifestado en forma unívoca sobre sus preferencias musicales en general y sobre la música sacra en particular, la Iglesia, a través de muchos de sus Papas, si lo ha hecho. Sin embargo, se han dicho al respecto muchas inexactitudes y gansadas. No faltan por ejemplo quienes creen que Camilo VI ha sido un Papa cantante, o que el Sacro Coxis es un templo o una encíclica. Conviene aclararlo: hubo un Papa Camilo, el Papa Pablo V (cuyo papado abarcó del 1605 al 1621), al que llamaban en efecto Camilo Borghese. Pero nada que ver con Camilo Sesto, que se escribe así, con heces, y es español, como Serrat y el idioma español.

También es una suerte que el canto “gregoriano” deba su nombre al Papa Gregorio Magno, cuyo papado, como recordará, fue del 590 al 601. (¿Qué no recuerda? Yo no dije “como recuerda”, sino “como recordará”: ahora que le paso el dato, acuérdese, sino ¿para que son estas clases?). Decía que es una suerte que el canto “gregoriano” deba su nombre al Papa Gregorio porque si hubiese debido su nombre al Papa Sisino, se hubiese llamado canto “sisinoano” (feo), y al Papa Pío, “piano” (un lío). ¡Imagínese!: un coro dedicado al “piano”…

A propósito, que no haya Papas mujeres evita que se las llame Mamas (por caso, Mama Mafalda XV o Mama Rebeca III), que un grupo como The Mamas and The Papas tenga otro sentido, y que en lugar de papado se hablara también de papada, palabra que, si bien existe, alude a otra cosa. Mientras que “papado” es el reinado de un Papa, “papada” es algo que se cae de maduro (o de gordo), y es unisex.

El sacro coxis no es, en efecto, un templo ni una encíclica. Se trata del segmento final inferior de la columna vertebral. Mientras que hay quienes afirman que la columna vertebral del peronismo es su dirigencia sindical (Madonna, Batata, Culata, Luisito y Cacho, por ejemplo) y por lo tanto, su segmento inferior, para el resto de la humanidad el segmento sacrococcígeo esta ahí nomás del orificio de salida por antonomasia. “No es música, pero es sagrado”, escribió en Anales de Proctología un sabihondo de esas honduras. Por otra parte, no puede negarse que “sacrococcígeo” suena bien, serio, contundente. Tener un “quiste sacroccígeo” tiene un vuelo que su sinónimo “grano en el toór” no amerita baltar. Para colmo, en caso de molestas reinfecciones, los quistes sacrococcígeos tienen tratamiento quirúrgico con cicatrización por segunda, un tema que así explicado puede dar mucho lustre en una reunión social, a condición de que nadie sospeche de que se está hablando de sacar a cuchillo una excrecencia congénita ubicada al comenzar la raya y de tener que quedarse dorso arriba en el posoperatorio hasta que la herida cierre solita.

En caso de que ése sea su caso, no olvide acopiar antes de la operación una buena cantidad de discos con misas, oratorios, pasiones y otras expresiones de música sacra. Eso le permitirá pasarla mejor luego. Y de paso, no confundirse y poder insultar como corresponde a su dolencia sacra y no a la música ídem.

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