Monday, November 27, 2006

Lecciones de Cultura Coronel
I
Diferencia entre ópera, opereta, teatro musical,
comedia musical y musical


En esta primera clase, abortaremos un tema que es necesario tener bien clarito cuando uno (o una) o dos o más vamos a cenar por ahí con gente recontraculta que te hace sentir que sos una bestia aún antes de probar bocado y gritar: “que bueno está el matambre”, y te informen: “no es matambre, es centolla”, o cosas así.
Un asunto ideal para meter la pata -o lo que se tenga a mano, como la mano, o la pata- es la diferencia entre ópera, opereta, teatro musical, comedia musical y musical. Por lo pronto, conviene haber visto por lo menos una de cada una. O sea, ir a ver, -en lo posible en la misma semana para poder comparar enseguida-, una ópera, una opereta, un teatro musical, una comedia musical y un musical. Como es difícil que justo todos estos tipos de obras estén en cartel en la misma semana en la misma ciudad, conviene vivir o visitar una ciudad que sí lo permita. Porque si uno vive por ejemplo en Olavarría o Claromecó, por ahí la cartelera de espectáculos local no da. Al menos para estos fines, es mucho mejor vivir o estar en Viena, París, Nueva York, Londres y hasta Buenos Aires. Y si no, se puede conseguir algo en el video club. Vaya y pregunte.
A modo de ejemplo y guía, aquí van unos cuantos títulos para ir escuchando y viendo, dos cosas que en estos géneros se hacen a la vez: “Vanesa”, “Lulú”, “Julieta”, “Marina”, “Martha”, “Maruxa”, “Norma”, “Susannah”, “Carmen”, “Genoveva”, “Aída”, “Penélope”... Si esta nómina le parece demasiado barrial o parecida a la lista de compañeritas de su hijo en la escuela primaria, tengo otra más cosmopolita y variada: “Rusalka”, “Katia Kavanova”, “Florodora”, “Kukuschka”, “Kovanchina”, “Chitty-Chitty-Bang- Bang” y “Tarzán”. Sí, Tarzán, ¿qué pasa? Mal no viene, como remate de una lista que empieza medio difícil de retener, ¿no?
Prefiere algo más fácil. Hoquei. A ver: “Lohengrin”, (la de Wagner), “Lohengrin” (la de Sciarrino), “El cisne de Lohengrin” (de Chapi)…, o bien: “La bella Helena”, “Mi bella dama”, “La bella y la bestia”…Y sí, no rinden, parece que conoce un solo título.
Dejéme pensar otra. Yastá. La lista que sigue le dará además un cierto halo de viajero o al menos, de poseedor y lector de mapas, guías de turismo o manuales de geografía:
“El Turco en Italia”, “La italiana en Argel”, “Ifigenia en Aulide”, “Ariadna en Naxos”, “Nixon en China” y “Muerte en Venecia” (ojo, Muerte aquí no es un personaje, es la mismísima muerte de siempre, un bajón…).
Un detalle: a “El cisne de Lohengrin”, como a muchos otros títulos, le dicen zarzuela. Pero a la zarzuela y la ópera rock las dejamos para otra clase, porque son en sí mismo algo muy complicado de definir y diferenciar del resto, y además, para qué, si mucho no se usan en cenas con centolla. Es raro que en una cena de esas donde te puedan tomar por gruto se hable de zarzuela (o de matambre). Cada cosa en su lugar y un lugar para que cada cosa tenga un lugar y en ese lugar no haya otras cosas, en lo posible.
Luego de haber escuchado todas estas obras, me preguntarán que es cada una, si una ópera, una opereta, un teatro musical, una comedia musical o un musical ¿no? Bueno, precisamente para eso es esta clase. La cosa es fácil. Sólo se trata de ver los elementos que se integran y participan en cada uno de estos géneros y que ya habrá apreciado en los títulos que le pasé.
El teatro musical es quizás el más sencillo de definir: como su nombre lo indica, es teatro musical, o sea, teatro con música. Listo. En cambio, la ópera es música y teatro. La opereta es como una ópera pero mas chiquita, parecido a lo que pasa con la historia y la historieta. Algunos dicen que lo que caracteriza a la opereta es una trama mas bien inverosímil y disparatada, exactamente lo mismo que otros dicen que caracteriza a los argumentos de ópera. En todos los casos, el argumento viene escrito en forma de libreto. O sea que el libreto es el libro (de ahí viene precisamente la palabra libreto, o viceversa) que trae las letras de lo que se canta y a veces también dice las cosas que pasan, como por ejemplo: “viene mengano y se va zutano, entra uno, salen dos”, y así.
Falta definir el musical, que es el género que combina música (de ahí su nombre) y teatro.Musical puede pronunciarse así, musical, o asá: “miúsical”, de acuerdo a la cena.
Todos estos géneros, eso sí, pueden tener ballet. O no. Eso ya depende de cada obra.
La historia de la música (que viene a ser como la historia normal, la de Atila, Colón, el Papa, San Martín o la escarapela, pero con Beethoven, Chopin y Verdi, entre otros) muestra casos de obras que empezaron siendo una cosa y terminaron siendo otra. Por ejemplo, “Porgy and Bess”, de Gershwin, empezó siendo una comedia musical y después se transformó en una ópera (ver Ejercicios prácticos). Y al revés: la ópera “Aída” de Giuseppe Verdi se ha transformado en el musical “Aída”, de Elton John.
Ha sucedido que óperas, operetas y comedias musicales unánimemente consideradas bodrios espantosos por público, músicos y críticos en el momento de su estreno, con el tiempo pasaron a ser consideradas obras maestras y clásicos perennes, a pesar de seguir siendo bodrios espantosos. La lista es infinita. En otros casos, público, músicos y críticos han saludado con entusiasmo el surgimiento de obras que consideraron destinadas a perdurar muchísimo más tiempo que los pocos meses en que fueron definitiva y merecidamente olvidadas. Algunas excepciones contradicen estas reglas, que a su vez se contradicen entre sí. Ojo.

Ejercicios prácticos:

1 - ¿A que se debe que “Porgy and Bess” haya pasado de ser considerada originalmente una comedia musical en Broadway a ser actualmente una ópera que se representa en el Colón? Respuesta: a que originalmente se hacía con cantantes negros, y después también. Y a que antes eran aún más racistas que ahora, y viceversa.

2 - ¿Por qué algunas óperas que recibieron tan malas críticas en su estreno hoy son clásicos indiscutibles? Respuesta: porque cambiaron los críticos.

3 - ¿Por qué algunas óperas que recibieron tan buenas críticas en su estreno hoy son consideradas bodoques intrascendentes? Respuesta: porque cambiaron las óperas.

4 - ¿Por qué los operómanos se entusiasman tanto con óperas que para otros son aburridas y mediocres? Respuesta: y, es una pregunta jodida. Quizás la explicación más clara la brinde el aria “Chi lo sa….”, de la ópera “Homónima, mon amour”.

5 - ¿Por qué conviene toser en una ópera y no en una comedia musical? Respuesta: el prestigioso neumonólogo y segundo violinista estadounidense Dr. Al Veolo, autoridad en la materia y subordinado en el espíritu, dice: “I think that opera and classical music fans all over the world need to come to my office: I know they use to cough during the performances, and perhaps they have a lung and/or a brain disease. A lung one because of the cough, and the brain one because of the opera”. (Trad: “Le agradezco la posibilidad de etc. etc. Toser es una antigua tradición operística, y no solo operística. Se estila toser también en conciertos sinfónicos y hasta de cámara, sobre todo en momentos que exigen silencio o gran concentración para disfrutar y apreciar la música. Creo que es un mecanismo defensivo del público contra la música y los músicos, particularmente contra su pretensión de monopolizar la escucha”.).

6 - ¿Qué diferencia hay entre “El Murciélago” y “Batman”? Respuesta: Varias: una es una opereta de Strauss (Johann, el bueno, claro) y la otra una historieta de Robert Kane. Además, la serie o cualquier película de Batman es más divertida que cualquier puesta de El Murciélago, donde, por ejemplo, nunca hay trompazos ni patadas con cartelitos que digan “Paf!” o “Kapow!”. Y de la música, ni hablar. Datos útiles: Batman es Bruno Díaz. Strauss, no.

7 – Moralmente hablando, ¿no es un mal ejemplo “La viuda alegre”? ¿No debería llamarse “La señora alegre” o al menos “La viuda triste”? Respuesta: y no, déjese de joder, che. Con ese criterio, “La Boheme” deberia llamarse “La rutina”, “La oficina” o “El trabajo”, para no dar malos ejemplos a la juventud. O “El cazador furtivo” cambiar a “El cazador autorizado”, “El holandés errante” a “El holandés estable”, “Cossi fan tutte”(trad: Casi un fanático del tute) a “Consuelo de tontos”, y la cosa no tendría ninguna gracia.

8 - ¿Es cierto que cada género está definido por el lugar donde se hace? Respuesta: sí y no, depende. Por ejemplo, en los teatros de ópera, en general se hacen óperas. En los teatros de comedia musical de Broadway, se hacen comedias musicales. El problema surge cuando una obra pasa de un lugar a otro, y cualquiera se confunde. ¡Si hasta yo mismo, que no soy cualquiera, me confundo! ¡Ja, ja!

9 - ¿Es cierto que cualquier ópera, por mala que sea, es mejor que cualquier comedia musical, por buena que sea? Respuesta: para algunos hemisferios cerebrales, como el lingüista Hotario Singoyetti, la ópera es el mejor arte del mundo. “Se me cae más baba de sólo pensarlo. Es lo más, no solo porque lo digo yo sino también por un simple razonamiento o sinlogismo alegórico: todo lo que no me gusta es una porquería, lo que más me gusta es lo más, la ópera es lo que más me gusta, ergo la ópera es lo más”. Mientras otros prefieren el dulce de leche, -ya sea en su forma tradicional o como helado con o sin nueces-, la esteta Tita Tato Nabo reconoce que “me aburren los burreros y las carreras de caballos, pero prefiero ir al hipódromo antes que ver una ópera, opereta, teatro musical, comedia musical o un musical montados por una jocketa más liviana que yo”. Finalmente, Duval Terego, el solitario exponente de la escuela estétrica egocentrista, -que divide a las artes en mayores y menores, sin considerar la calidad de los respectivos artistas-, propone que la ópera y la comedia musical sean clasificadas en esas categorías, rotando semanalmente.

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